Iglesia de Sant Jaume
La Iglesia Parroquial de Sant Jaume fue diseñada por el ingeniero José Agustín de Larramendi, autor del plan urbano del nuevo Guardamar levantado después de los terremotos de 1829. Su construcción se inició en 1845, aunque no se consagró al culto hasta 1892. Las obras finalizaron en el 1910.
En su proyecto original, Larramendi concibió una iglesia amplia, iluminada con luz natural, de planta de cruz latina y gran cúpula, conjugando la funcionalidad y la sobriedad en las líneas.
Es un edificio neoclásico de tres naves, inacabado según el proyecto original, en el que destaca su alta torre sobre la puerta de acceso y un ábside poligonal, sobre el crucero no construido.
La nave central es el doble de ancha que las laterales y más alta. Exteriormente presenta un aspecto macizo y plano ‒sin balaustradas ni cornisas‒ como en su día prescribió Larramendi, para evitar desprendimientos en caso de terremoto. Otra característica es la funcionalidad. Por ello su diseño original no ofrece espacios muertos.
A los pies de la nave mayor se encuentra el campanario, que le sirve también de fachada y entrada principal. La disposición de la torre en ese lugar la convierte en un edificio singular en la Diócesis de Orihuela-Alicante, por ser escasas las iglesias con esta característica.
En los años 60 del siglo XX se realizaron reformas en el templo, de las cuales destaca la ampliación de la torre-campanario y el enlucido del revestimiento exterior que oculta la fábrica de piedra. Recientemente se ha recuperado la pared de piedra de la fachada orientada hacia el sur.
En su interior, se conservan algunos bienes rescatados de la antigua parroquia ‒ubicada en el cerro del Castillo‒ como algunos lienzos y piezas de orfebrería e imaginería como las tallas de Sant Jaume Pelegrí y la Mare de Déu del Rosari (siglo XVII).