El Castillo de Guardamar

En el cerro conocido como el Castell se sitúa la ciudadela amurallada que albergaba la antigua villa de Guardamar desde su fundación cristiana en 1271, hasta su destrucción por los terremotos de 1829. Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Los restos hallados nos revelan una amplia ocupación desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo XIX, pasando por diferentes épocas históricas como la fenicia, la íbera, la romana, la islámica califal y la cristiana desde la Reconquista. Así, destacan los pebeteros ibéricos de terracota con rostro femenino; restos de exvotos asimilables al mundo romano, incluyendo una pequeña estatua de bronce del dios Mercurio; ajuares cerámicos de época bajomedieval y moderna; o una serie de enterramientos de época islámica, parcialmente destruidos por la muralla cristiana.

Fue a finales del siglo XIII, cuando el cerro se convirtió en un espacio crucial para el surgimiento de una nueva villa, que se ubicó sobre su superficie, a instancias de Alfonso X el Sabio, con nuevos colonizadores catalanes enviados por su suegro Jaime I. En su interior existía un conjunto urbano de viviendas, calles y plazas. En la parte más alta se alzaba el castillo propiamente dicho.

El Castillo de Guardamar quedó destruido por los terremotos de 1829 y, posteriormente, reutilizados sus materiales para la construcción del nuevo pueblo en la ubicación actual.

Del conjunto urbano se han salvado algunos elementos de la estructura defensiva, como el Baluarte de la Pólvora y los lienzos de murallas y torreones bajomedievales.

Desde este emplazamiento se observa una amplia panorámica de la comarca.