Ciudad fenicia de La Fonteta

Ciudad portuaria fenicia de La Fonteta

Conjunto declarado Bien de Interés Cultural (BIC) situado en las dunas de Guardamar. Está compuesto por un entramado urbanístico de época colonial fenicia (s. VIII a VI a. C.) cubierto por las dunas y próximo a la Rábita Califal.

Los trabajos de excavación arqueológica han documentado una monumental muralla con bastión, calle perimetral y viviendas adosadas por su cara interna, así como barrios de casas organizados extramuros del recinto fortificado. Se trata de una de las ciudades fenicias más complejas y mejor conservadas de todo el Mediterráneo.

Fases constructivas

El asentamiento tiene tres fases. La más antigua se inicia a mediados del siglo VIII a. C. y la componen un sistema de viviendas con muros de adobe y techos soportados por postes de madera, lo que nos muestra construcciones algo efímeras.

La segunda fase, datada hacia el siglo VII a. C., se caracteriza por la construcción de una potente muralla de 4-5 metros de anchura, por casi 10 metros de altura, con bastiones en saliente y con un foso en “V”. Esto demuestra que, en ese momento, surge la necesidad de proteger de los enemigos el emporio comercial de La Fonteta. Los sistemas constructivos cada vez son más complejos. Se va construyendo con piedras y barro, todo enlucido con barro, sin abandonar las construcciones en adobe y siempre sufriendo reparaciones tras los terremotos que documentan los muros de La Fonteta.

Las excavaciones exhuman parte de la muralla, de la cual se conservan lienzos de más de 4 metros de altura, las estancias anexas a ésta y se entrevé lo que será una manzana de casas y el entramado urbano. De las estancias excavadas se desprende que hay industria metalúrgica. El sistema constructivo se mejora con el paso del tiempo, con mejores revestimientos y suelos, sobretodo en esta última fase constructiva que finaliza hacia el siglo VI a. C. con el abandono de La Fonteta.

Objetos encontrados

Entre la cultura material extraída durante las diferentes campañas de excavación, se documenta un amplio repertorio de cerámicas fenicias: ánforas, platos, lucernas de barniz rojo, etc. Cabe destacar la aparición de cerámica griega arcaica, objetos propios de la industria metalúrgica, estelas funerarias y objetos rituales como huevos de avestruz, marfil y escarabeos.

La aparición de elementos arquitectónicos reutilizados en la muralla, evidencian la existencia de un Templo o Santuario en el entorno, todavía por descubrir.